La denominación de mesoncico es antigua y ya aparece en algún documento de principios del siglo XIX, pues en los libros de cuentas de la Hermandad de las Benditas Ánimas del Purgatorio, de Cehegín, encontramos alguna referencia al “Cepillo del Mesoncico”, como la del año 1812: “Mas tres reales de una llave para el Zepillo del Mesoncico”. Parece ser que el origen del nombre se encuentra en el siglo XVIII. Denominada años atrás como Plaza del Sol por el reloj de sol ubicado en una de sus nobles fachadas, en el año 1914 se cambió el nombre de la Plaza del Sol, por el de plaza de don Amancio Ruiz Sahajosa. En el acta capitular correspondiente se argumenta que se le da esta denominación en agradecimiento por su buena gestión de la crisis provocada en el año 1855 por le epidemia de cólera-morbo asiático, ya que entonces él era alcalde. Don Amancio Ruiz de Assín y Sahajosa fue el padre de don Alfonso Ruiz de Assín y Álvarez de Castellanos, y abuelo de don Octavio Ruiz de Assín, y propietario de la casa de los Ruiz de Assín, que está en dicha plaza, y de la que todos ellos fueron dueños. Por eso durante algún tiempo se le dio esta denominación, aunque algo tardíamente. Hacia 1941 pasó a llamarse Plaza de los Mártires, y en los años ochenta recuperó su antigua denominación popular de plaza del Mesoncico, quizá recordando un antiguo mesón, parada y fonda en el siglo XVIII. Encrucijada de cinco calles en el corazón del Casco Antiguo de Cehegín: Calle Mayor, Cuesta Moreno, Poyos del Paseo, Pedro María Chico y el Callejón Pintor Villacís, calles que conducen, cada una de ellas, hacia una ruta en diferentes rincones del Casco Antiguo ceheginero, todos de espléndida belleza. Plaza rodeada de edificios nobles, de casonas que nos conducen hasta el mundo de la aristocracia de otros tiempos, encontramos la casa de don Octavio, el Hospital de la Real Piedad, que fue residencia de don Pedro maría Chico de Guzmán. Las corridas de vaquillas en este lugar fueron pieza imprescindible de las diversiones del siglo XIX. En esta plaza se celebraba el sorteo de quintos con el viejo método de bolas blancas y negras.