Casona construida por don Juan Marín y Pérez de Atienza y su esposa doña Mª Isabel Ruiz de Assín y Álvarez-Castellanos en la segunda mitad del siglo XIX (1867). Posteriormente pasó a ser propiedad de su hijo, don Amancio Marín y Ruiz de Assín. La misma la constituyen tres plantas y dos sótanos, de un modernismo ecléctico, en la que predominan los siete ejes, siendo el central el que da el eje de simetría, la entrada principal en jaspe rojo, a modo renacentista y rematada en la parte alta con el escudo familiar de los Ruiz de Assín y de los Ximénez, correspondientes al edificio antiguo del siglo XVIII perteneciente a la misma familia. Se demolió para hacer el actual. Antes de la reforma para adaptarlo al Hospital de la Real Piedad tenía puertas de cocheras en ambos extremos, en el izquierdo para calesas y en el derecho para servidumbre y el acceso a las bodegas, en dos plantas de sótano: la primera el lagar y la segunda donde se encuentran las grandes tinajas de almacenamiento. Es de destacar en su interior el patio neogranadino y la gran escalera central de cuatro tramos, con ojo helicoidal, realizada con bóvedas a la catalana. En la fachada, perfectamente restaurada, con los colores propios de esta ciudad, destacan la rejería y los pináculos de cerámica, que rematan las cornisas de la excelente carpintería de madera, que cierran sus huecos. Fue donada generosamente por el Canónigo, y Archivero de la S.I. Catedral de Ceuta, don Amancio Marín y de Cuenca, al Hospital de la Real Piedad y Asilo de San José. Humanista e historiador, fue investigador del Archivo de América, y renunció a su cargo de archivero regresando a su cátedra de Geografía en Sevilla, donde fue profesor del Instituto Murillo. Éste, hombre de una vasta cultura, historiador y de gran prestigio, la recibió, a su vez, de su padre, don Amancio Marín y Ruiz de Assín. En su forma actual, fue construida por don Juan Marín y Pérez de Atienza y doña María Isabel Ruiz de Assín y Álvarez de Castellanos, abuelos del dicho don Amancio Marín de Cuenca, sobre la anterior edificación, en los años 60 del siglo XIX. Al parecer, un extraordinario archivo y biblioteca, que conservaba en la dicha casa, fue desmantelado y perdido durante la Guerra Civil. Frontera, como decimos, con el palacio del conde de la Real Piedad, hoy, junto a ella, forma parte del hospital que lleva dicho nombre. También podemos destacar la escalera central, de cuatro tramos, que, evidentemente, da idea de la magnitud artística y arquitectónica del edificio en que se encuentra. Don Amancio Marín de Cuenca, presbítero ceheginero, fallecido en 1977, hombre de vasta cultura, canónigo archivero en la S.I. Catedral de Ceuta y catedrático en Sevilla, durante los años que pasó en la ciudad hispalense, como historiador y buen investigador, pasó muchas horas leyendo documentación en el Archivo General de Indias. Afirmaba haber localizado un documento en el que figuraba un ceheginero en uno de los viajes de Colón a América, posiblemente el tercero. Esos datos no fueron publicados y luego la trascripción del documento desapareció con su archivo personal, aunque él confirmó ese extremo a, entre otras personas, nuestro Cronista Oficial don Abraham Ruiz Jiménez, en los años 50 del siglo XX.